La Paradoja del Estado
Franco Díaz
Últimamente vivimos en Venezuela un proceso interesante en torno al estado, ese que se originó durante la colonia española (régimen feudal y absolutista) que luego se modernizo aburguesándose durante el régimen gomecista a la sombra del chorro petrolero, que continuo consolidándose a todo lo largo del llamado siglo de los andinos y de la llamada democracia representativa: Iniciamos este siglo con la llamada revolución bolivariana que partiendo con una visión esencialmente nacionalista va a dar a luz la actual constitución que pretende refundar el estado y allí comienza la paradoja.
Por un lado, los sectores llamados de oposición no reconocen este estado ni la constitución que lo soporta ya que a fin de cuentas no lo controlan, por otro lado los llamados partidarios del proceso (los más radicales) sugieren que esa constitución se queda corta y que por lo tanto hay que cambiarla para dar paso a un estado verdaderamente revolucionario y popular. También tenemos los factores externos (Imperialismo) hoy día, muy interesado en liquidar
En resumen, que no las tiene todas consigo el estado nacional burgués moderno en estos comienzos de siglo. Hay un principio del arte marcial que consiste en utilizar el empuje del adversario para derribarlo, algo de eso tendremos que aplicar los que creemos que un cambio en la concepción y diseño del estado son indispensables para avanzar en cambios societales verdaderamente profundos, aprovechar el ataque de sus antiguos aliados , para hacer caer este estado que ya no nos sirve y dar paso a una nueva visión de distribución del poder, los riesgos por supuesto son muy altos, ya que puede ocurrir que desaparezcamos en el intento, sin embargo si el liderazgo actual y futuro tiene clara conciencia del objetivo y es capaz de transmitírselo a un grueso sector de la población que lo sigue no sería descartable la instalación de una propuesta de poder más deslocalizado sobre una población densamente organizada, concientizada y movilizada para defender sus intereses en un mundo que se torna cada vez más agresivo. Los Concejos Comunales se han convertido en la propuesta institucional a esa deslocalización, aunque como todas las opciones de gestión alternativa de este proceso, la tendencia es a quedar atrapada como un apéndice del estado burgués, específicamente de las alcaldías que en este caso los tiene haciendo colas para recibir su gotita de petróleo, para reparar alguna que otra cañería. Por otro lado, los llamados movimientos sociales que pareciesen tener una base orgánica más consistente y una mayor “autonomía” se construyen sobre comunidades de intereses que no necesariamente se relacionan con lo territorial.
La experiencia de nuestros ancestros indígenas que fueron capaces de resistir durante 300 años los embates de un enemigo que los superaba tecnológicamente y que no les daba cuartel, resistencia que se fundamento en una oposición tenaz en todo momento y en todo los frentes producto entre otras cosas de que en nuestro territorio no existía algo así como un gobierno central es un interesante dato de cuan difícil puede resultar capturar un espacio, donde el poder y las responsabilidades se encuentran debidamente distribuidas y deslocalizadas, en la guerra y la política un hecho fundamental es desarrollar una lógica de combate distinta de la del rival, atraerlo a la misma y allí derrotarlo, particularmente no creo que en la lógica de un estado poderosamente centralizado este la respuesta para enfrentar a un rival que nos lleva visibles ventajas y experiencia en ese terreno.
Profundización de la democracia, colectivización del poder político y revalorización de la conciencia histórica en un contexto de nación de naciones o nación multiétnica, junto a las categorías vinculadas a la reflexiones sobre estructuras rizomáticas y fractalidad acaso podrían ayudar a un pensamiento autocuestionador que no tienda a enquistarse y perpetuar juicios, que se muevan con la vida.